Pasando ayer sobre el segundo piso (no el de la cuatrote) sino por el de concreto y asfalto que atraviesa la ciudad de México, observamos Emma mi esposa, y yo, que nuestra bandera ondeaba en el campo Marte a media asta.
Por un momento se me olvidaba que era 18 de julio, el día más triste para priistas y morenistas (hablo de lo mismo) pues conmemoran ―yo lo festejo―, el aniversario luctuoso de Juárez.
Inmediatamente me quedé pensando si el ejército tendría el valor ―como mexicanos que son―, de mantener una día más la misma bandera a media asta durante todo el día de hoy, 19 de julio. La respuesta es evidente. NO.
¿Y saben por qué, querid@s lector@s? Por la misma razón que le ocurre a Usted en este momento, y es que seguramente o no se acordaba, o no sabía, que fue la fecha en que otros dizque mexicanos, se convirtieron en viles asesinos que redactaron una ley a modo para matar a Agustín de Iturbide. Esto lo consiguieron con la mano en la cintura sin que usted ni otros 130 millones de mexicanos, sospechen que Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Miguel Domínguez (El Corregidor de Querétaro) en primer término, y Vicente Guerrero, José Mariano Michelena y Pedro Celestino Negrete, en segundo término, fueron los seis autores intelectuales de dicho magnicidio. Felipe de la Garza fue el autor material. Si desea conocer más, tengo mucho material dentro de mi página: www.teatroiturbide.com donde podrá enterarse como fue que nuestro país se pudo convertir en la única nación parricida en el mundo, la cual ha sido capaz de asesinar a su libertador, quien con su mente, corazón y entregando su vida, construyó el primer imperio mexicano con siete millones de kilómetros cuadrados, lográndolo con exceso de tinta y papel, y sin derramar sangre.
Es cierto que nuestro ejército tiene un general de cinco estrellas, que es el presidente en turno, razón por la cual, el secretario de la Defensa, con apenas cuatro estrellas, no se manda solo. Por esta razón y aunque lo deseara, no podría atreverse a una “blasfemia” que le quitara la máscara a estos cuatreros del primor (del pri y de morena) y se descubriera la mentira histórica de todas las traiciones del buda zapoteco (Término diseñado por Francisco Bulnes y avalado por mi).
Las enlisto: Abandonar el congreso como diputado que era en el año de 1847, en medio de la guerra con Estados Unidos; impedir que Santa Anna se rearmara en Oaxaca con las reservas de armas y ejército que Juárez tenía como gobernador; que el 11 de abril de 1861, Juárez en su aún calidad de presidente interino, abandonó el país, saliendo por Mazatlán, sin autorización de congreso alguno, perdiendo la calidad de presidente; el tratado Dunlop-Ocampo, el tratado Mc Lane-Ocampo, el Tratado Corwin Doblado, El tratado Carvajal WoodHouse, El tratado Iglesias-Leese; apoyarse con soldados y armas gringas en el sitio de Querétaro en 1867; aceptar sobornar a Miguel López por 12,000 pesos oro para entregar a Maximiliano; amenazar a los siete jueces en el juicio del emperador, de Miramón y de Mejía para dictarles sentencia de muerte; intentar sin éxito lo mismo para enjuiciar y matar a Santa Anna en octubre de 1867, encerrando en San Juan de Ulúa a los jueces por “desobedientes”.
Es por lo anterior que mi versión de esta parte de nuestra historia, la resumo en dos ideas: Iturbide amaba a México. Juárez odiaba a México.
Y para terminar, le platico una breve, pero sentida anécdota que me ocurrió hoy en la mañana. Resulta que me suena el timbre del WhatsApp, y antes de abrir el mensaje completo, comienzo a leer lo siguiente: Estimado Claudio hoy quiero darte un pésame porque sé que…
De momento me comenzaron algunas palpitaciones, porque la mente trabaja más rápido de lo que podemos controlarla. Pensé que se había muerto algún familiar mío, de quien yo pudiera no estar enterado en el momento, por lo que sin más, abrí a la velocidad de la luz todo el mensaje de mi buen amigo Gerardo Sánchez Ramírez, colega amante de la historia, tripulantes él y yo de la cabina de Radio UAQ, e Iturbidista sin la menor duda. El texto completo dice así:
Estimado Claudio hoy quiero darte un pésame porque sé que tú eres un admirador y conocedor sobre su vida y obra! Y como no conozco a ningún familiar de su linaje, pues para mi tu eres lo más cercano a el padre de la patria!!! Siempre recordado y en algún momento la historia le hará justicia! ¡¡¡Viva Agustín de Iturbide!!! A 201 años de su asesinato!!! Un abrazo con respeto amigo!
Yo le respondí: Comenzaba a leer tu mensaje antes de abrirlo de forma definitiva, y me preguntaba... ¿quién se murió de mi familia que no me había enterado? Una vez que lo leí completo se me hizo un nudo en la garganta, y debo agradecer tus inmerecidas (así se dice) palabras, pero es en este momento que me hiciste reflexionar que ciertamente mi conciencia está tranquila de traer a don Agustín de Iturbide, o mejor dicho al emperador Agustín I, al lugar que le corresponde en nuestra historia. Sé que ya sigues el mismo derrotero de un servidor y amigo, y me siento honrado y muy bien acompañado!!! Recibe un fuerte abrazo, y ¡Viva Agustín de Iturbide!
Gerardo: Merecedor, tú eres el único "curador" de Iturbide que conozco y sé que hoy tu corazón está con él.
Yo: Si me lo permites Gerardo, incluiré tu honrosísimo pésame que me otorgas, en el artículo que publicaré más tarde, el cual siento que es una de las primeras ramas que ya están creciendo, de tantas semillas que me he permitido esparcir a diestra y siniestra en este país, que aún se resiste a conocerlo. Por supuesto, con tu nombre.
Gerardo: Claudio, debes ser conocido por ser lo más cercano a él, obvio hablando de escritor y emocionalidad en tus ponencias de que se reconozca históricamente al gran personaje mexicano que es! Así es que, yo, con gusto.
Querid@s lector@s: Hoy hace un año exactamente de que Emma y yo, estábamos frente a la capilla de San Felipe de Jesús en la Catedral Metropolitana, la cual estaba apagada, oscura, y la administradora se negaba a encender las luces. ¿Qué órdenes estaría cumpliendo? ¿No sabía la fecha que era? Yo le expliqué que se trataba del aniversario número doscientos de la muerte de nuestro libertador, pero tal parece que le estaba hablando de un perfecto desconocido. Después de media hora de negociaciones intensas, y de que seguramente no pude disimular la ira en las pupilas de mis ojos, logré que al día siguiente la tuviera con las luces encendidas a las 12:45 hrs pues llevaría al grupo que me acompañó a mi presentación de “TEATRO ITURBIDE” en el Hospital de Jesús. Pude recibir “mi limosna” de diez minutos, pues al cinco para la una, nos tuvimos que retirar, pues ya estaban apagando y cerrando las rejas de madera de la capilla.
Después de esta experiencia deseo escribir una lista de adjetivos que llene una cuartilla completa, pero mejor le invito a que hoy tenga nuestra bandera izada en su casa u oficina no a media asta, sino completa y durante todo el año.
Nuestra bandera que estuvo izada a media asta el día de ayer, le queda muy alta al enano de Juárez, y no lo digo por su 137 centímetros que tenía de estatura. Por otro lado, la gran ausencia de banderas que quizás hoy no estén ondeando en muchas astas de nuestro país, es porque están en el corazón de muchos mexicanos como un servidor, sabiendo que grandes personajes como Agustín de Iturbide, no dudaron ni por un segundo en ofrendar su vida, por el México que siempre amaron.
CLAUDIO MÁRQUEZ PASSY
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