Mi esposa Emma se encuentra en este momento corriendo el célebre maratón de Lala en Torreón, Estado de Coahuila, esperando que logre un buen tiempo en sus récords. Lo curioso es que coincide con un 2 de marzo, fecha en que esta entidad pero de 1836, todavía se llamaba Estado de CoahuilTejas. Fue en este día que, con la eficaz ayuda de un yucateco llamado Lorenzo de Zavala, la entidad fue guillotinada en dos partes, para que la otrora Tejas con jota, se convirtiera en La república Independiente de Texas con equis.
Este sujeto habría sido favorecido con algunos contratos de colonización desde época de Iturbide, muy especialmente con Vicente Guerrero, y pasado el tiempo, por malos manejos y abusos, fue denunciado y perseguido por la justicia. Cuando Santa Anna se dirigía a pelear a “El Álamo”, llevaba orden de aprehensión contra Zavala, tema que poco o nada se conoce, pero para entonces ya era muy amigo de Samuel Houston. Santa Anna jamás pudo atraparlo, sino que al contrario, Zavala fue pieza clave para facilitar su captura en San Jacinto. Este individuo era muy astuto, muy preparado, tanto que es uno de los historiadores que junto con Lucas Alamán, cita constantemente la obra de Vicente Riva Palacio (nieto de Vicente Guerrero) llamada “México a Través de los Siglos”.
Entrando en materia, pero sin extenderme en demasía, veamos cómo hay dos fechas seguidas en el año, que contienen efemérides de muy alta intensidad y trascendencia histórica, como son el uno y dos de marzo:
1° de marzo de 1845 el presidente estadounidense John Tyler aprueba con su congreso la anexión de la República independiente de Texas, como el estado #28, aun siendo territorio mexicano. Este fue el regalito que le hace este presidente saliente, al que recién entraba, de nombre James Knox Polk, quien iniciaba su gestión tres días después, es decir el 4 de marzo. Fue un aperitivo que le despertó su apetito de manera voraz, y el cual fue preparado nueve años atrás por Lorenzo de Zavala. Polk ganaría la guerra a México un 2 de febrero de 1848, para quedarse con 2.2 millones de kilómetros cuadrados, incluido Tejas, a través del Tratado Guadalupe Hidalgo.
Otro primero de marzo, pero de 1854, Florencio Villarreal, Ignacio Comonfort, Juan N. Álvarez, y Juárez tras bambalinas, proclamaban El Plan de Ayutla para desconocer la presidencia de Antonio López de Santa Anna. Esto sería el inicio de la guerra civil más despiadada que tendría México, y que terminaría en 1867 con el fusilamiento de Maximiliano, Miramón y Mejía, en Querétaro. La Revolución Mexicana sería otro caso igual, pero será tema en otras entregas.
Pasamos al 2 de marzo de 1821, fecha en la cual se juramenta el plan de las Tres Garantías en la ciudad de Iguala, entre las tropas de Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, leyendo el evangelio y celebrando un “Te-Deum”. Curiosamente, Guerrero jura ese 2 de marzo de 1821 el Plan de Iguala, para que en poco tiempo termine vendiendo su alma al diablo a Joel R. Poinsett, espía, después embajador y promotor de la logia masónica de Filadelfia, quien éste último, habiendo nacido un 2 de marzo de 1779, estará preparando pacientemente todo para que Lorenzo de Zavala declarase, otro 2 de marzo pero de 1836, la independencia de la nueva República de Texas. La primera presidencia sería ocupada por su socio inmobiliario David Burnett, ―checar arriba la imagen probatoria―, y quedando Zavala como el primer vicepresidente del Texas recién independizado, aún sin la anuencia de México. Esto ocurría mientras Santa Anna estaba enfrentándose en la batalla de “El Álamo”, y a la vez moría el día anterior, primero de marzo, el expresidente de la República, Miguel Barragán Ortiz de Zárate, descendiente del emperador Moctezuma. Que bueno que se murió sin enterarse de esta desgracia.
En otras palabras, mientras Santa Anna ponía al frente su pellejo en “El Álamo”, y días después en ”San Jacinto” donde quedaría preso, ocurría que el traidor separatista yucateco, y a la vez “héroe de los gringos”, Lorenzo de Zavala, le echaba tijeras a medio millón de km2 de nuestra recién independizada nación, para 12 años después, ser el causante de perder otro millón y medio. Recordemos que Zavala conjuró contra México en 1828, al hacer estallar el motín de la Acordada, para imponer a Guerrero como presidente, cuando este había perdido las elecciones frente a Manuel Gómez Pedraza. Cabe aclarar que Poinsett abdujo a su virulenta logia masónica a Zavala, a Guerrero y muchos más. Así fue como el yucateco se hizo cuate de Samuel Houston, y hasta del presidente Andrew Jackson. ¿Qué oportunidad de ganar tenía Santa Anna? Paradójicamente, Zavala fue sospechosamente leal a Iturbide durante la Junta Nacional Instituyente en 1822, participando ―coincidentemente― en la “Comisión de Colonización”. ¿Qué planeaba desde entonces?
En Austin, capital del actual estado de Texas, existe frente a su capitolio un edificio más grande aun, que es la biblioteca del estado, la cual se llama… ¿están sentados queridos lectores? … en efecto: Lorenzo de Zavala State Archives and Library Building. ¿Ya ve porqué dije héroe de los gringos? ¡Supongo que ahora si me creyó algo que parecía una exageración de mi parte! Así pues, recordemos por siempre a este personaje, para nunca olvidar la capacidad que un solo hombre puede tener para destruir a una nación entera. Como sea, este sujeto casi desconocido por cualquier mexicano de a pie, murió el 15 de noviembre de 1836, resultado de una neumonía al voltearse en su lancha que paseaba con sus hijos por la bahía de Búfalo en San Jacinto, a unos pasos donde tenía su casa. Ahí donde Santa Anna fue vencido sorpresivamente por Samuel Houston. Si existe algo llamado Karma, se comprueba que la nefasta obra que tantos años le llevó construir, jamás la pudo disfrutar.
De corolario, el 2 de marzo de 1897 morirá Guillermo Prieto Pradilla, escritor, periodista, político liberal, quien estaría como siamés de Juárez buena parte de su vida. Su fama se catapultó cuando le salvó la vida en Guadalajara, congelando a los soldados que estaban a punto de dispararle, al increparlos con la inmortal frase de: ¡Los valientes no asesinan! Entre muchas obras escribió: “Memorias de mis tiempos” y “Apuntes para la historia de la guerra entre México y los Estados Unidos”. ¡Que tino tuvo con su fecha de fallecimiento!
En mi libro profundizo con mucho detalle este histórico conflicto de “vecinos distantes”, analizando la nulidad de origen que encierra el Tratado Guadalupe Hidalgo, el cual existe de facto, pero no jurídicamente.
CLAUDIO MÁRQUEZ PASSY
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